El pasado domingo 3 de noviembre, día de luna nueva, celebramos Diwali, la fiesta de las luces.
En la puja invocamos especialmente a Mahalakshmi (diosa de la prosperidad), Sri Rama (encarnación del dharma) y a Sri Ganesha (“el que aparta los obstáculos”).
Commemoramos que hace miles de años, en este mismo día de luna nueva, Sri Rama volvió a la ciudad de Ayodhya después del exilio y sus súbditos, felices y agradecidos, adornaron la ciudad con miles de luces de aceite como muestra de bienvenida y amor.
Cantamos un kirtan, o canto devocional, dedicado a Sri Rama.
Como es tradición, reverenciamos e invocamos a Mahalakshmi, diosa de la prosperidad, que se manifiesta especialmente en esta noche,
cantando el Mahalakshmi Ashtakam y ofreciéndole un arati.
Fue una celebración llena de luz, dicha y
símbolos milenarios de la tradición hindú.
Entre todos encendimos luces de cera pura que dibujaban la forma de Om.
Diwali y la ofrenda de luces es símbolo de que la luz vence a la oscuridad y que nuestra esencia es la luz del atman.
Satgurunath Maharaj Ki Jaya!
